Pues entre la tesis y la antítesis sólo hay un paréntesis











Todo el mundo vive entriste tristérrimo porque resulta que en Occidente y toda su historia desde que se crea la posibilidad del término "historia" y la "escritura" y parece que incluso "antes", no se ha hecho otra cosa que pensar la evolución moral-antropológica del hombre desde una caída/culpa originales. Así, la moral del hombre siempre tiene algo que le falta que tuvo en un origen que no sabe qué es y que echa de menos. Un mito de que las cosas no estaban tan bien como deberían estar porque antes de que pudiese pensar están mejor de lo que nunca ya más podrán volver a estarlo. Es triste tristristísimo. Pero, oh filosofía, dale alas a lo invisible y recúbrelo de retruécanos en los que nos gozamos posibilitando monstruosidades impensables, ¿Y sí el hombre produciese socialmente esa sensación de caída a través de la "infantilización" de las crías y la diferencia social entre niño/adulto? Permitiendo así que el dominio de los estratos más revolucionarios de la sociedad hubiese de plegarse sempiternamente a una culpa con respecto a las antiguas generaciones con las que no tiene nada que ver aparte de su relación afectiva determinada a través de la vivencia de la cría en la casa de padres.  Vivencia creada por el tiempo en que no tenía que preocuparse de nada antes de que lo echaran del nido. Un apunte, tal vez necesario, para pensar otro posible mundo en el que la depresión no sea la enfermedad más frecuente.

Pobres Perros Pulgosos aka circunvolunciones a la posición de autor








Si hay algo que no puede no sorprendernos - por usar un manido recurso de enunciación-, es la cantidad de recursos de las que disponen las instituciones artísticas de los que disponen los artistas. Así, puedes enterarte de que hay una cierta factoría de arte, que se dedica, según el encargo de los artistas, a llevar a la carne realidad las bendecidas ideas de sus cerebros; vease, para la obra del artista Javier Perez, se arranco un olivo milenario, se tomó el molde para hacerlo en resina, y bueno, vete tú a saber. Pobre olivo. Ahora los buscas en internet y salen hermosos encuadres de fotografía en la página del museo reina sofia que, tal vez, haya adquirido la obra.
Lo mismo para las instalaciones, la cantidad de materiales, el espacio prestado para que pueda suceder una performance y todo ese avituallamiento que necesita el artista para que suceda en un sitio en que la gente diga que es arte.

Junto con un segundo hecho que he venido remarcando estos últimos días, dada mi habitual insuficiencia a la hora de acotar parámetros de realidad... El hecho en cuestión es que en las convocatorias de jovenes artístas se incluyen todas las disciplinas menos la escritura ¡Salvo en el caso de que escribas en un muro y eso ya pobra verse incluido en parámetros pictóricos!
¿Por qué están separadas estas pobres hermanas, artes plásticas y poesía, que a lo largo de la Historia del Arte - Salve- tan bien han disputado por la supremacía?

Poniendo de por medio esos dos factores, lo que quería decir es que dado que la escritura requiere de unos medios mucho más bastardos para darse a luz y reproducirse: Algo punzante, un soporte, y cualquier dispositivo capaz de copiar material o inmaterialmente. Creo ver en esto una amenaza mucho más recalcitrante para el status quo de la industria cultural que la pequeña murmuración crítica que puedan hacer los artistas dentro de las mismas galerías de arte que pretenden criticar.
Los escritores serán pobres como ratas, pero por lo menos no están recluidos en cubículos de formol estanco, y para su gloria, pueden ser escupidos, apaleados, desmembrados, digeridos, vomitados y vueltos a digerir una y otra vez, sin el menos respeto y con la mayor inmediatez.

Inquisición sobre la manera en que pienso mi vida

Es inevitable cuestionarse, no ya cómo vive uno, sino en que manera puede plantearse uno su vida - creyendo decidirla él mismo- sin que este planteamiento no esté ya deglutido bajo las lechosas cortantes condiciones neoliberales.
En efecto, la pregunta es pertinente, la respuesta que nos gustaría, un rayo de luz profético que nos llevase a un suprapunto que abarcase de lejos los condicionamientos; es, sin duda, imposible. En el interrogamiento está ya el ensamblaje del contenido condicional al que el sujeto de la pregunta debe atenerse (¡Que bello ser sujeto de pregunta!)
Mejor dicho: que la pregunta es retórica pero sirve, en cuanto golpe desde el cual darse cuenta del horizonte que nos rodea, para darse cuenta de que, en efecto, no podemos articular un punto de vista, planteamiento de vida que no este imbuido de condicionamiento capitalista pero si podemos hacer que el imbuimiento en el cual se de, actúe de manera hacker, o es decir, por dejar de lado la influencia de Preciado, actúe revirtiendo o mejor dicho haciendo reversibles esas dinámicas, de tal manera que aunque actuando entre ellas, no lo hagamos en el sentido que indican.
Esta es una posibilidad abierta por la intensificación de nuestra relacionabilidad como nódulo en movimiento dentro de un plano que se pretende estable - y no lo es-.
Hay que mostrar la fragilidad de las dinámicas asumidas haciéndolas inestables. No se trata de salir a otro plano, sino de emplazar en el unico plano que hay elementos desnaturalizados que provoquen la alteración normativa de los nodos a los cuales se conectan ¡Pobres artistas en sus talleres!
Volviendo a la inquietud por la que había comenzado esta disquisición con delirios de grandeza; ¿Puedo, siendo un individuo deslocalizado, precario, feminizado, multitarea, creativo, altamente adaptable, diligente, huergano, consumidor, drogadicto, etc, ser un sujeto revolucionario?
En relación con lo dicho anteriormente, sí.
Creo que el discurso nostálgico de la izquierda según el cual el capitalismo nos ha quitado todos nuestros nichos de humanidad y nos ha mecanizado y abandonado al centro de autolavado de cerebro consumista en el que somos una nada infinitamente modificable, es un discurso, que valga mi adherencia al discurso neoliberal; obsoleto.
Es un discurso que sustancializa las constumbres y las diferencias, históricamente machista como la historia, un discurso de la culpabilidad, del añoro del seno materno y su proyeccion en un mesianismo que siempre se proyecta supraterrenalmente, es decir, habiendo de redimir desde la potencialidad de un hecho histórico, la historia entera.
¡El reino del proletariado que vendría a poner los pies en el suelo a la fenomenología del espíritu de Hegel!
Lo que yo me propongo, como hilo de adherencia, o de ariadna en el laberinto hipercapitalista es, a partir del único nicho crítico posible al que nos reducen las condiciones neoliberales: la temporalidad del cuerpo, hacer de todas mis segregaciones y movimiento, que dándose en el plano total de condiciones están ya deglutidos, haciendo de la intensificación de la masa crítica a través de la continua resistencia a la perdida de la sensibilidad, a través de la incomodidad ¡Que no el sufrimiento pero también! el enfrentamiento a la asunción de la sustancialidad de las violencias infinitesimales como estructuras dadas. Por utilizar una imagen, a través de la negación al olvido de los golpes, seguir viendo la forma en que las aristas condicionantes del capital nos han erosionado para permitir que pasasemos por ellas (Este es en general el propósito de la filosofía y por que no decir del arte - si es que hubiera alguna diferencia-: la negación al olvido o las sustancialización de la ausencia a través de la corporalización de toda una materia otra que de común se ha llamando mundo inteligible)
Así, a través de mi posicionamiento de mi cuerpo otro podré ayudar a desestabilizar las dinámicas siendo a la vez parasitario de ellas; y este me parece que es el único modus operandi de un activismo crítico, o mejor dicho, este es el modo por el que opera toda actividad crítica, y como ejemplo reciente de ello: Merci, Patron!









El punto medio


No el tiempo
solo todos los instantes

A.P

El punto medio ha sido una mirada tan preciada; uno puede tomar las acciones con una balanza y lo justo es el equilibrio de los pesos que se quedan en una misma posición en dos espacios opuestos. El término medio es ese saber hacer a través del cual siempre salimos airosos de cualquier situación. Para hablar del término medio hay que suponer dos bandos opuestos y una posición tal que permite situar los dos bandos en oposición formando parte a su vez del mismo mecanismo expositivo. A través de este modo de comprensión trabaja toda la historia de occidente - por decir algo- un ejemplo claro: El tiempo, el pasado, lo que queda tras el presente, el futuro, delante. Una reflexión aclaratoria: te sientas en el tren, si estás de cara al conductor, estás mirando el futuro, si estás de espaldas, estás mirando el pasado- El presente, en esta dinámica es estar sentado, estar en el autobus.
El presente es entonces, la conflagración de nuestro movimiento con el del autobus que nos permite situar una estabilidad.
La imaginación de la historia, la vivencia que hacemos de ella, lo que es tanto como decir, la vivencia que tenemos del presente. Esta división en dos bandos, de los cuales la posición, tomando la dependencia, aboca absolutamente a la vivencia del tiempo como algo que siempre ya ha pasado o que siempre ya iba a pasar. Esta vivencia lleva tanto al sacrificio revolucionario como al suicidio diario. La posibilidad de un tiempo otro, de un tiempo cuya interrelación no esté abocada a un posicionamiento homocéntrico y universal ya ha sido escrita por Nietzsche y Walter Benjamin, cuya noción de redención abre un hoyo infinitamente intensificatorio capaz de transversalizar todo un cúmulo de temporalidades otras en una constelación instantánea.
La idea de Eterno Retorno de Nietzsche configura en otro sentido esa vivencia, puesto que Nietzsche pretende apuntar el mecanismo por el cual todo tiempo se embarga en infinitud vivencial que lo determina como tiempo vivido.



















REPRESENTACIÓN (I)

Hay que desnaturalizar, pues, la unificación planicular; decir, esto es un libro, esto es una casa, esto es aprender, esto es mujer, esto es edad, etc,etc,etc.
Por ejemplo, tenemos los libros y los escritores ¡ Y los escritores escriben libros! ¿Pero que es todo esto de escribir libros?
Tenemos un cuerpo que posee tinta, hojas en blanco, contactos editoriales y “una cierta visión del mundo” y se representa como escritor y representa lo que el dispone sobre el papel ¡E imagina su interloculor! ¡E imagina un sentido!
Pero, sobre todo, hemos de caer en que todo es fruto de la imaginación
Que la imaginación supone y superpone porque la imaginación es el espacio vacío ¡Es el tiempo!
La imaginación es lo que permite percibir un espacio como espacio, es decir, como apertura, puesto que ella es capaz de contraponer su anterioridad.
La imaginación es el eje de los planos, que tan solo existe en la imbricación de estos, cuya sangre es la metáfora: la composición y descomposición de los miembros del tiempo, que no es más que el peplo de la memoria























La pregunta no es por qué Sócrates no escribió nada
sino por qué nosotros hemos escrito tanto